Un patío como corazón central de la obra, configurando y vinculando los espacios en torno a un remate visual potente que establece una conexión constante entre el exterior y el interior, este espacio central, dinámico y cambiante a lo largo del año se convierte en un jardín esencial que enriquece la experiencia de habitar la arquitectura.
La pieza se organiza en dos secciones principales, el lado izquierdo destinado a las áreas privadas, y el derecho ocupado por los servicios y al fondo el área social que se abre hacia un conjunto de terrazas destinadas a potenciar la calidad de los patios y jardines principales de la casa.
En su composición Alba inicia con un volumen adelantado del cual se extienden cuerpos que siguen al fondo del terreno, abrazando la naturaleza de los jardines. Este diseño propone una disposición de elementos sobrios que con sutileza exigen una continuidad visual y espacial entre los distintos puntos de la obra, reforzando su carácter armónico y atemporal.